Dejar de fumar: #5 ocuparse, no preocuparse

Me tomé unos días para el siguiente posteo, ya que fue una semana muy cargada de emociones. Todo esto sucedió el día martes. Tuve un turno con el cardiólogo, aparentemente de control, pero no recibí las mejores noticias.

Vayamos por partes. En primer lugar, lo que atañe al motivo de este blog: el cigarrillo. El martes fui a trabajar como cualquier otro martes. A la tarde me fui a Parque Rivadavia, me compré el libro de la biografía de Steve Jobs que hace tiempo quería y me quedé en la plaza leyendo hasta la hora del turno, aproximadamente una hora después. Salí de la clínica, me fui a merendar y después habré caminado unas 20 cuadras hasta tomarme el subte y llegar a casa.

Lo que quiero destacar de todo esto es que, desde que salí de mi casa hasta que llegué cerca de las ocho de la noche, ¡no fumé en todo el día! Y esto es una excelente noticia y un grandísimo avance, ya que por varios momentos tuve las ganas, pero pude controlarme. Como dije en un posteo anterior, elegí no hacerlo. Creo que, en lo que va de la serie, puedo decir que es el mayor logro hasta ahora. Por momentos no sentía las ganas o me olvidaba de hacerlo. Tomaba agua, mascaba chicle, disfrutaba el aire, caminaba, me sentía liviano. Aunque de a ratos era desesperante, les juro que decidí no hacerlo. Al final del día contabilicé tres cigarrillos: ¡un grandísimo martes! Salvo, claro, por lo que pasó a la tarde.

Las visitas al cardiólogo forman parte de una serie de chequeos que decidí hacer por control. Uno de ellos fue un análisis de laboratorio, y en esos estudios las cosas no resultaron como yo esperaba. Quizás me acostumbré a los resultados de los estudios de rutina en mi adolescencia, en donde todo solía salir en orden y sin mayores preocupaciones. Pero, lamentablemente, algunos valores no estaban en sus rangos normales, y esa noticia me cayó como un baldazo de agua fría.

Quizá lo que aprendí en estos días que me tomé antes de escribir fue que no debo preocuparme por las cosas, sino ocuparme de ellas: de mi salud y de los trámites que tenga que hacer. Hace mucho tiempo que vengo deseando un motivo real, lo suficientemente grande como para motivarme a hacer ejercicio, retomar el gimnasio, comer mejor y cambiar algunos hábitos malos de mi vida. Y creo que, por primera vez, siento que, si bien los resultados no fueron los esperados, tengo un buen motivo para tomar las riendas de mi salud y llevar un estilo de vida más saludable.

Sebastián Petrucci
Sebastián Petrucci
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